26 diciembre 2013

7.759


Hoy nos deja de nuevo otro diario de papel y la pena es que algunos se alegren de que nos deje. Uno puede tener una ideología u otra, estar de acuerdo con algo o no, y la prensa nos guste o no tiene sus puntos de vista. Y gracias a esos puntos de vista se da a cada persona lo que busca, dando así al quiosco una gran variedad de prensa escrita donde cada uno pueda ser libre de leer lo que más le apetezca. Hoy uno de esos puntos de vista desaparece, como ya sucedía hace un año con Público, y por ello perdemos puntos de vista sobre la actualidad. Alguno tachará esto que escribo de falta de profesionalidad, se dirá que dan igual los puntos de vista que si uno se quiere informar busca información objetiva. La objetividad amigos no existe, y no por ello es malo, el que no exista hace que podamos tener cada uno nuestra opinión sobre las cosas y transmitirla según lo vemos. Es lo que hace bonita esta profesión llamada periodismo, de la cual no me arrepiento por muy mal que esté, ya que nos permite contar e informar y que poco a poco perdamos la variedad de medios que informan me apena, porque toda ideología debe tener un lugar donde expresarse.

Han sido tres años y medio a bordo de este medio, donde a regañadientes me tocó trabajar en maquetación, y donde aprendí a manejarme dentro de ese ámbito gracias a unos maravillosos compañeros. He trabajado al lado de verdaderos profesionales, algunos tuvieron que dejarnos por el camino por los mismo motivos que nos llevan al cierre y otros me han acompañado hasta este día. A todos ellos gracias, porque me han demostrado que detrás de un medio y de una ideología hay personas, y que esas personas se dejan la piel sin recibir nada a cambio por su profesión. Hoy he leído comentarios de gente alegrándose por el cierre y deseando el mal a la gente que trabajaba dentro, es algo que nunca entenderé, los respeto y lo asumo, pero yo sé realmente quien había detrás de los 7.759 diarios que han sido publicados y de los que me enorgullezco de haber formado parte. Solo puedo desear lo mejor a todos, compañeros y ex compañeros y deciros que sigáis luchando, en esta vida las cosas a veces van mal, pero si se lucha y pelea por los sueños y por salir adelante todo es posible. Sé que no es fácil, pero tampoco este último año lo ha sido y muchos habéis peleado juntos por que saliese adelante. Por eso sé que podéis luchar y pelear y ojalá en un futuro todos y cada uno encontremos algo nuevo y nos vaya mejor.

Quiero también agradecer aparte de mis compañeros a gente que ha contado conmigo y que quizás no tuve tanta relación bien por mi exceso de timidez o por no haber coincidido. Por ello agradezco a los directores que pasaron por el diario durante mi etapa, Carlos Dávila, José Javier Esparza y el último en coger las riendas, José Antonio Fuster. Llevar un medio que se encuentra tantas veces en el ojo del huracán es difícil, y ellos lo intentaron contra viento y marea hasta donde se ha podido, por ello gracias.


Podría seguir escribiendo, contando mis vivencias y recordando buenos momentos, pero prefiero quedármelos yo ya que tampoco quiero aburrir al que lea esto.  Gracias a LA GACETA porque me quedo con la gente conocida y por haber tenido la oportunidad de trabajar en uno de mis medios favoritos como es el papel, quizás sin haber escrito tanto como me hubiese gustado, pero que tras 7.759 números muere dignamente. Nos guste o no la información genera opiniones y buenas o malas, este diario las generaba.