Hoy nos deja de nuevo otro diario de papel y la pena es que
algunos se alegren de que nos deje. Uno puede tener una ideología u otra, estar
de acuerdo con algo o no, y la prensa nos guste o no tiene sus puntos de vista.
Y gracias a esos puntos de vista se da a cada persona lo que busca, dando así
al quiosco una gran variedad de prensa escrita donde cada uno pueda ser libre
de leer lo que más le apetezca. Hoy uno de esos puntos de vista desaparece,
como ya sucedía hace un año con Público, y por ello perdemos puntos de vista
sobre la actualidad. Alguno tachará esto que escribo de falta de
profesionalidad, se dirá que dan igual los puntos de vista que si uno se quiere
informar busca información objetiva. La objetividad amigos no existe, y no por
ello es malo, el que no exista hace que podamos tener cada uno nuestra opinión
sobre las cosas y transmitirla según lo vemos. Es lo que hace bonita esta
profesión llamada periodismo, de la cual no me arrepiento por muy mal que esté,
ya que nos permite contar e informar y que poco a poco perdamos la variedad de
medios que informan me apena, porque toda ideología debe tener un lugar donde
expresarse.
Han sido tres años y
medio a bordo de este medio, donde a regañadientes me tocó trabajar en
maquetación, y donde aprendí a manejarme dentro de ese ámbito gracias a unos
maravillosos compañeros. He trabajado al lado de verdaderos profesionales,
algunos tuvieron que dejarnos por el camino por los mismo motivos que nos
llevan al cierre y otros me han acompañado hasta este día. A todos ellos
gracias, porque me han demostrado que detrás de un medio y de una ideología hay
personas, y que esas personas se dejan la piel sin recibir nada a cambio por su
profesión. Hoy he leído comentarios de gente alegrándose por el cierre y
deseando el mal a la gente que trabajaba dentro, es algo que nunca entenderé, los
respeto y lo asumo, pero yo sé realmente quien había detrás de los 7.759
diarios que han sido publicados y de los que me enorgullezco de haber formado
parte. Solo puedo desear lo mejor a todos, compañeros y ex compañeros y deciros
que sigáis luchando, en esta vida las cosas a veces van mal, pero si se lucha y
pelea por los sueños y por salir adelante todo es posible. Sé que no es fácil,
pero tampoco este último año lo ha sido y muchos habéis peleado juntos por que
saliese adelante. Por eso sé que podéis luchar y pelear y ojalá en un futuro
todos y cada uno encontremos algo nuevo y nos vaya mejor.
Quiero también agradecer aparte de mis compañeros a gente
que ha contado conmigo y que quizás no tuve tanta relación bien por mi exceso
de timidez o por no haber coincidido. Por ello agradezco a los directores que
pasaron por el diario durante mi etapa, Carlos Dávila, José Javier Esparza y el
último en coger las riendas, José Antonio Fuster. Llevar un medio que se
encuentra tantas veces en el ojo del huracán es difícil, y ellos lo intentaron
contra viento y marea hasta donde se ha podido, por ello gracias.
Podría seguir escribiendo, contando mis vivencias y
recordando buenos momentos, pero prefiero quedármelos yo ya que tampoco quiero
aburrir al que lea esto. Gracias a LA
GACETA porque me quedo con la gente conocida y por haber tenido la oportunidad
de trabajar en uno de mis medios favoritos como es el papel, quizás sin haber
escrito tanto como me hubiese gustado, pero que tras 7.759 números muere
dignamente. Nos guste o no la información genera opiniones y buenas o malas,
este diario las generaba.