El sudor recorre mi frente como
desesperado por resbalar por mi nariz y precipitarse al vacío, me encuentro
sentado sobre mi cama, de nuevo una noche con pesadillas. Decido levantarme a
la cocina para beber un poco de agua, sin embargo no tardo en reparar en una
mujer tumbada junto a mí, me coloco rápidamente junto al armario sobresaltado,
la observo y no sé quién es y como ha llegado allí. Procedo entonces a
acercarme y descubrir su identidad, de modo que rodeo la cama lentamente
evitando despertarla para llegar a su lado, sin embargo es inútil ya que su
rostro se oculta sobre la almohada. Tras varios minutos observándola me decido
a rozarla con mis dedos para que se dé la vuelta y su cabeza empieza a girar,
en cuestión de segundos veo su rostro y sin embargo no puedo creerlo ¡Soy yo!
Mi cuerpo se levanta sacudido por
un mal sueño, miro a mi lado y no hay nada ni nadie, respiro aliviado, de nuevo
una noche de pesadillas. Me dirijo a la cocina para beber agua e intentar
volver a dormir. De camino paro en el baño y me miro al espejo, los ojos
parecen cansados como si llevase noches sin dormir, y en efecto así es. Noto
algo tras de mi moviéndose en la ducha y giro rápidamente, sin embargo no es
nada, solo el viento moviendo las cortinas. Vuelvo a mirar al espejo y ante lo
que veo caigo aterrorizado sobre ducha, otro hombre de mayor edad se encuentra
en el espejo, mi mente quiere pensar que fue solo mi imaginación y me dirijo a
echar un nuevo vistazo y allí esta ese hombre observándome. Me acaricio la cara
horrorizado y grito, no tardo en darme cuenta que aquel hombre no es el que me
observa, si no que aquel hombre ¡Soy yo!
Mi respiración se agita en la
cama en la cual me revuelvo al despertarme, mi corazón, aun acelerado,
disminuye su ritmo lentamente, de nuevo una noche de pesadillas. Lleno el vaso
de agua tras un corto paseo a la cocina y procedo a beberlo poco a poco. De
nuevo vuelvo a la cama y me arropo con las sabanas esperando por fin conciliar
un buen sueño. Oigo un chasquido y giro la cabeza rápidamente en dirección al
pasillo, allí está un hombre de mi estatura con un cuchillo en la mano y al que
no puedo ver el rostro debido a la oscuridad. Grito e intento defenderme
arrojando todo lo que puedo contra él pero de poco sirve ya que en cuestión de
segundos su cuchillo raja mi cuello y empiezo a ahogarme. Es solo un poco antes
de perder el sentido cuando le veo su rostro y de nuevo veo mi cara, el asesino
¡Soy yo!
Me incorporo de la cama he
intento acudir a la cocina a beber agua, de nuevo una noche de pesadillas. Sin
embargo caigo al suelo y descubro que no tengo piernas, mi cabeza da vueltas e
intento comprender lo que está pasando, veo un lisiado sin pelo tirado en el
suelo reflejado en mi ventana y una vez más caigo en la cuenta de que ¡Soy yo!
La luz se enciende, las paredes
acolchadas de la habitación me dan los buenos días y una camisa de fuerza
impide como cada mañana que me desperece a gusto estirándome a mis anchas. Uno
de los enfermeros entra en la habitación y me da unas pastillas, me llama John
pero realmente cada día tengo un nombre distinto, ya ni lo recuerdo, y es por
eso que cada mañana al despertar me pregunto ¿Quién soy yo?
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